MODELO FOTÓNICO DE LA LUZ (APLICABILIDAD E INSUFICIENCIAS)


 

La introducción del cuanto de energía luminosa que hizo Planck y la hipótesis que añadió Einstein de que la propia luz está constituida por cuantos, posteriormente llamados fotones, junto con algunos conocimientos básicos de relatividad especial, permitieron plantear un modelo de la luz en términos de fotones, que, al no tener masa, viajan en el vacío a la velocidad c. Vamos a ver en este apartado que la aplicación de este modelo fotónico no tiene por qué limitarse al estudio de procesos no explicables con el modelo ondulatorio clásico a los que nos hemos referido en el apartado anterior (efecto fotoeléctrico, efecto Compton, producción de rayos X, radiación del cuerpo negro, espectros atómicos discontinuos de absorción y de emisión, etc.), sino que, combinado con el conocimiento del carácter discreto de la energía de los electrones en la materia (niveles de energía electrónicos), y con la condición de que exista un número máximo de electrones por nivel (ocupación máxima), permite describir cualitativamente a escala microscópica el comportamiento de la luz en otros procesos, a los que nos referimos seguidamente.

 
Absorción y emisión de luz
 

 

Un primer proceso que puede describir exitosamente el modelo fotónico es la absorción de luz por la materia. Cuando fotones de la luz que ilumina un objeto tienen una energía aproximadamente igual a la diferencia de energía entre dos niveles electrónicos de la materia que lo compone, y el nivel superior no tiene ocupación máxima, se puede producir la absorción de fotones acompañada de saltos de electrones desde el nivel inferior al superior. Este proceso se denomina absorción estimulada. La figura adjunta proporciona un esquema elemental de dicho proceso de absorción estimulada: Un fotón con energía hʋ, igual a la diferencia de energía entre dos niveles, E y E* (es decir, tal que hʋ = E*-E) es absorbido y da lugar a un salto electrónico desde el nivel de energía E hasta el nivel de energía E*.

 

  Tras un proceso de absorción, la materia queda en un estado excitado, el cual es inestable, y tiende a volver a su estado no excitado mediante una o varias transiciones (caídas) electrónicas. Cada caída electrónica se acompaña de la emisión de un fotón, cuya energía es igual a la diferencia entre las energías de los estados de la materia involucrados, E*-E, Este proceso se denomina emisión espontánea y tiene lugar en todas las direcciones.
 

Estos dos procesos (absorción estimulada y emisión espontánea) explican el hecho de que las fuentes de luz presenten unas frecuencias de emisión características y distintivas (en el espectro visible cada frecuencia corresponde a un color), ya que emiten con frecuencias acordes a los niveles de energía electrónicos del material. Como se explica en el tema de este misma Web sobre Luz y color, hay fuentes con espectros discretos provenientes de transiciones entre niveles discretos (por ejemplo, los gases atómicos a baja presión, cuando se les somete a descargas eléctricas) y otras con espectros de emisión casi continuos o continuos, provenientes de transiciones entre niveles de energía muy próximos entre sí o formando un continuo (por ejemplo, el filamento de una bombilla incandescente). Por otra parte, cuando en un material hay niveles de energía intermedios entre E* y E, sin ocupación máxima, la vuelta al estado no excitado puede tener lugar mediante una sucesión de caídas electrónicas, haciendo que las energías de los fotones emitidos sean distintas de h√. Así ocurre, por ejemplo, con los materiales fluorescentes, que pueden absorber luz ultravioleta y emitir parte de la energía absorbida como luz visible.

 

Estos conceptos son también adecuados para explicar la transparencia u opacidad de los materiales. Un material es transparente en un determinado rango de frecuencias de la luz cuando la energía de los fotones es significativamente diferente a la de cualquier posible salto energético en ese material. Así se entiende, por ejemplo, que en la experiencia mostrada al inicio del tema, en la que no se ve un rayo de luz láser propagándose en agua, sí se vea, en cambio, ese mismo rayo cuando en ella se han disuelto gotas de leche. El motivo es que las gotitas de leche (al contrario de las moléculas del agua) pueden absorber fotones con energía correspondiente a la frecuencia de la luz láser, y emitir nuevos fotones de la misma energía en todas las direcciones, incluidas las que apuntan a nuestros ojos.

 
Reinterpretación del principio de Huygens y velocidad de la luz en diferentes medios.
 
Es instructivo saber que los dos procesos considerados (absorción por la materia de fotones de la luz incidente y emisión posterior de fotones de la luz saliente) se pueden interpretar como una versión microscópica del Principio de Huygens, en la que son los “puntos” materiales a los que llega la luz, los que se convierten en focos emisores de luz nueva. Al atravesar un medio material la luz se va renovando, ya que en cada interacción entre la luz y la materia van desapareciendo fotones de la luz incidente (se van absorbiendo) y apareciendo (se van emitiendo) nuevos fotones que forman parte de la luz saliente.
 

Esta descripción es útil para entender por qué, aunque los fotones viajan sólo en el vacío y siempre a velocidad c, la velocidad de la luz es menor que c al atravesar un medio material. La razón es que la absorción de un fotón incidente y la correspondiente emisión de un fotón saliente no son simultáneas, sino que hay un retraso temporal en la emisión. La velocidad de la luz en el medio, definida como el cociente entre la distancia recorrida por la luz (renovada) y el tiempo promedio por fotón incidente empleado en recorrerla, es tanto menor que c cuantas más absorciones-emisiones tengan lugar. Una imagen nemotécnica sugerente para recordar esto es la de un fotón como un relevista en una carrera. Según esta metáfora, el fotón "corre" a velocidad c durante su relevo, pero tarda tiempo en la entrega del testigo a otro fotón.

 

Dificultades del modelo fotónico: Difracción e interferencias. Reflexión y refracción. Polarización.

 

La descripción de la difracción e interferencias, así como de la reflexión, refracción y polarización de la luz, con el modelo fotónico, pone de manifiesto que los fotones no se comportan como corpúsculos clásicos. Un experimento pionero que puso esto de manifiesto lo realizó Taylor (1886-1975) en 1909 y consistió en fotografiar la sombra esparcida de una aguja en una pantalla, mostrando que era la misma (daba lugar a un mismo patrón de difracción) tanto cuando se usaba luz intensa correspondiente a un gran número de fotones, como cuando, durante mucho más tiempo de exposición, casi tres meses, se usaba una luz tan débil que su energía por unidad de tiempo era, en promedio, menor que la de un fotón. Aunque Taylor no mencionó los cuantos de luz en este trabajo, ni se refirió tampoco al artículo de Einstein  de 1905 sobre el efecto fotoeléctrico, su experimento se puede considerar el primer ejemplo de evidencia de que los fotones no pueden ser corpúsculos clásicos, ya que si lo fueran nunca darían lugar a esos patrones de difracción e interferencias.  

Interference fringes with feeble light (Artículo original del trabajo de Taylor)

 
En  experimentos posteriores del tipo de doble rendija de Young, se ha constatado que cuando se usa luz muy débil, se puede observar cómo se van formando, impacto a impacto (es decir, fotón a fotón) en la pantalla, las franjas de interferencia.
 

 

Es el caso que ilustra la secuencia de fotografías adjuntas en las que se distinguen perfectamente los impactos de fotones en la pantalla en el inicio del experimento, y luego, según va aumentando el tiempo de exposición, esos impactos van conformando por acumulación el patrón clásico de interferencias. Los autores de este trabajo usaron un montaje experimental basado en un interferómetro de Mach-Zehnder, en el que se atenuaba un haz de luz de forma que en cada instante solo hubiera un fotón en el interferómetro y presentaron los resultados como un ejemplo de la controvertida "dualidad onda-partícula" a la que nos referiremos críticamente en el siguiente apartado. Más allá de ello, este y otros muchos experimentos similares han servido para reforzar el hecho fundamental de que los fotones no se comportan como corpúsculos clásicos.

"The wave-particle duality of light: A demonstration experiment" (Artículo de Dimitrova y Weis, publicado en 2008 en American Journal of Physics)

 

Para terminar este apartado, diremos que, aunque, como se ha visto, el modelo fotónico proporciona una buena descripción a escala microscópica de los procesos en que interviene la luz, esta descripción es, o puramente cualitativa (por ejemplo, en el caso de la difracción e interferencias, donde, como acabamos de ver, el modelo se limita a presentar los resultados experimentales), o sólo parcialmente cuantitativa (por ejemplo, en el efecto fotoeléctrico, el modelo permite calcular la frecuencia umbral la que dicho efecto se puede producir, pero no la tasa de electrones salientes frente a fotones incidentes). Para tener una descripción completa es necesaria una implementación del modelo que corresponda a una Teoría Cuántica, la cual, como se verá al final de este tema, sí es capaz de explicar en forma cuantitativa todos los procesos con luz conocidos experimentalmente y de predecir los resultados de nuevos procesos que se puedan diseñar en el laboratorio.

Sin embargo, y a pesar de que la Teoría Cuántica de la luz (o Electrodinámica Cuántica) nació tan sólo 20 años después del experimento de Taylor y completó su desarrollo formal 20 más tarde (por tanto, antes del inicio de la década de los 60), la interpretación de hechos relativos al comportamiento de la luz (y también de las partículas) ha estado durante mucho tiempo contaminada por un "concepto" que se estableció fuertemente en el periodo de crisis de la física clásica y que, aunque es innecesario mantener en el marco que aporta la Física Cuántica actual, ha perdurado (eso sí, siendo fuente de fuertes controversias) durante mucho tiempo. Nos referimos a la denominada "dualidad onda-corpúsculo", que revisaremos críticamente en los siguientes apartados.


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