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CUESTIONES PENDIENTES EN LA TABLA DE MENDELEIEV |
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Los trabajos de
Mendeleiev y de Meyer dieron solución al problema de ordenar los
elementos según sus propiedades y también aclararon muchas dudas
sobre los elementos existentes y sobre propiedades
defectuosamente determinadas, pero mostraban algunos problemas e
irregularidades. |
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Una de estas
dificultades fue el hecho de que no en todos los casos se pudo
compaginar el criterio de ordenación por masa atómica relativa creciente
con la agrupación por familias de elementos con propiedades químicas comunes.
Como ya se ha comentado, ejemplos de esta dificultad se encontraron en las parejas
teluro-yodo, argón-potasio y cobalto-níquel, en las que fue
necesario alterar el criterio de masas atómicas relativas
crecientes para garantizar la agrupación en familias con
propiedades químicas semejantes. |
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Otra cuestión
que había dejado pendiente la tabla de Mendeleiev y Meyer se
conoció a finales del siglo XIX. Entonces se descubrió la
existencia de
gases nobles en el aire, que parecían no encajar en la tabla de Mendeleiev.
De hecho, Mendeleiev no aceptó inicialmente ese
descubrimiento, aunque finalmente se incorporaron asignándoles un "grupo
cero", para dar cuenta de
su inactividad química. |
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Estos problemas
estaban poniendo en evidencia que la tabla periódica de
Mendeleiev había dejado pendiente la cuestión más importante:
¿Cuál es la razón que justifica el ordenamiento periódico?. |
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En la sección
dedicada a la estructura
del átomo se explica que esta fue una de las cuestiones
(junto a los espectros de emisión y otras) que impulsaron la
investigación acerca de dicha estructura atómica. Los trabajos de
Rutherford y de
Moseley dieron luz
al problema al mostrar que el número de orden de un elemento en
el sistema periódico coincidía con la carga del núcleo (igual a
la carga de los electrones que lo rodean). Este resultado
(imprevisto) contribuyó a superar las dificultades que se habían presentado al utilizar
como criterio de ordenación la masa atómica y suscitó una reinterpretación del sistema
periódico
en función de la estructura electrónica de los átomos. |
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Con la
nueva interpretación, cada elemento viene
caracterizado por su número atómico, Z, que indica el
número de protones del núcleo (de carga positiva) y también es igual al número de
electrones (de carga negativa). El sistema
periódico queda ordenado atendiendo a números atómicos
crecientes, lo que respeta el esquema de Mendeleiev e incluye de
forma natural la
nueva columna de los gases nobles y demás elementos conocidos.
En la casilla reservada a cada elemento se
indican, tanto el número atómico como la masa atómica relativa. |
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Con este
criterio ordenador en las décadas siguientes se incorporaron a
la tabla periódica las llamadas "tierras raras" y más adelante
los elementos radioactivos, hasta llegar a la tabla periódica
actual, que termina, de momento, en el elemento 118
llamado oganesón (Og), en honor al físico ruso
Yuri Oganesián. Lo crearon en 1999 científicos de
la Universidad de Berkeley y se pudo detectar con fiabilidad en
este este
experimento, que se inició en 2002 y culminó en 2006.
Desde hace algunos años se está intentando producir el elemento
119, que inauguraría una nueva fila (la octava) en la tabla
periódica. |
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Ahora bien, la
completa explicación de la ordenación periódica sólo fue posible
tras el establecimiento del modelo mecano-cuántico del átomo.
Abordaremos seguidamente dicha explicación, que condujo a un
perfeccionamiento de la ordenación periódica y a una ampliación
de su capacidad explicativa. |
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