|
|
EXPLICACIÓN DEL MAGNETISMO NATURAL III. Polos magnéticos |
|
|
|
|
Otra cuestión del
magnetismo natural que requiere
explicación es el hecho de
que no se puedan separar los polos de un imán. Una forma de
explicarlo se basa en imaginar a cualquier imán
natural con una estructura equivalente a la de un conjunto de
espiras elementales, todas ellas orientadas igual. Si se
considera individualmente cualquiera de estas espiras, una de
sus caras actúa como polo norte de ese pequeño imán y la cara
opuesta actúa como polo sur. Esas mismas espiras agrupadas forman un único gran imán
en el que un extremo actúa como polo norte y el otro como polo
sur, como ocurre en un solenoide. Por tanto,
si aceptáramos que un
imán natural tenga una estructura interna así, al dividirlo en
pedazos, cada pedazo mantendrá esa misma estructura, por lo que seguirá
siendo un imán. |
|
Con este razonamiento, se descarta la idea de existencia de polos magnéticos aislados.
Sin embargo, desde la
perspectiva actual aportada por la física cuántica, el asunto
es bastante más complejo. En este marco teórico, en lugar de considerar pequeñas corrientes,
se han de
contabilizar las contribuciones del momento magnético aportado
por cada electrón desapareado o, más
en general, por cada partícula con un
momento magnético no nulo. En principio se podría pensar que esto no modifica la esencia del
razonamiento, puesto que toda partícula de momento magnético no
nulo es básicamente imán, con sus
correspondientes polo norte y polo sur, identificables a partir de la orientación
de su momento magnético. |
|
|
|
Sin embargo, al
desarrollarse la física cuántica se
vio la conveniencia de considerar la posible existencia
de monopolos magnéticos, algo que, en este
contexto es aceptable desde un punto de
vista teórico.
Dirac (1902-1984), en 1931 fue el primero que planteó
esta hipótesis, cuando propuso que deberían existir partículas con las
propiedades de un imán con un solo polo magnético y las
describió asociadas a una líneas solenoidales, algo así
como bobinas en forma de tubo que
llevan el flujo magnético. Estas líneas, llamadas
cuerdas de Dirac se
extenderían
hacía el infinito o conectarían con monopolos de carga opuesta.
El concepto le resultaba
necesario para explicar el hecho de que la carga
eléctrica está cuantizada y también para poder escribir las ecuaciones
de Maxwell del electromagnetismo de forma completamente
simétrica ante un intercambio de las cargas magnéticas y
eléctricas. |
|
|
Los experimentos dedicados a
encontrar evidencia experimental de los monopolos magnéticos en
la forma como los propuso Dirac dieron durante tiempo resultado
negativo. Pero, recientemente,
se propuso la búsqueda de tales monopolos magnéticos en una clase de sistemas magnéticos
"frustrados" llamados
hielos de spin
(sus átomos tienen una distribución
similar a la que tienen los átomos en el hielo común).
Estos monopolos no tendrían existencia fuera del material
magnético, sus cargas serían menores que las de Dirac y sus cuerdas
asociadas deberían ser observables. |
|
Partiendo de estas premisas,
en los años recientes se ha producido una eclosión de trabajos
que aseguran que dos grupos de
investigación independientes han obtenido resultados alentadores
en el intento de confirmar la aparición de estos monopolos magnéticos.
Enumeramos de forma escueta y meramente aproximativa algunos
aspectos de una parte de estos trabajos: |
|
|
|
- La primera condición es utilizar un material adecuado,
que se comporte como un
"hielo de espín". Se ha utilizado titanato de disprosio
(Dy2Ti2O7), que se comporta así a temperaturas por
debajo de 1K (aproximadamente -272°C).
- Usando esta
sustancia, se ha aportado evidencia de la existencia de
las cuerdas de Dirac de campo magnético y se ha comprobado que los momentos
magnéticos del material se organizan de forma que dichas cuerdas forman una especie de
espagueti magnético (representado
artísticamente en la
figura adjunta). Cuando un haz
de neutrones atraviesa el material, dichos neutrones
sufren distintas deflexiones dependiendo de los campos
magnéticos que encuentran en su camino. Observando varios haces
apuntados en distintas direcciones se reconstruye la distribución de campo
magnético dentro del material.
- El tercer paso, consistió en
aplicar un campo magnético externo con la intención de “peinar”
dichas cuerdas, es decir, de estirarlas en una dirección. De esta manera
se pretende reducir su densidad y promover la disociación de los
monopolos que existen en sus puntas. |
|
|
Conviene ser
prudente en la interpretación de estos hallazgos. Los análisis
realizados hasta el momento sobre estos trabajos parecen indicar
que los "monopolos" detectados en el "hielo de espín" no son
estrictamente partículas con un sólo polo magnético, sino
variaciones en los patrones de los iones que forman los
materiales. Bajo determinadas condiciones algunas regiones de
los materiales usados sí se comportarían como monopolos
magnéticos, pero todavía no se habría producido la detección
directa de un monopolo magnético. |
|
Artículos recientes sobre la
observación de monopolos magnéticos |
|
|
|