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DISPERSIÓN DE LA LUZ Y EL MODELO ONDULATORIO |
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Otra
propiedad de la luz que se explicó de forma
satisfactoria al recuperar el modelo ondulatorio
es
la dispersión, que se produce cuando un rayo de luz
blanca procedente del aire se refracta hacia un medio transparente (agua,
vidrio, etc.). En dicho medio, la luz se descompone en una gama continua de
colores que abarcan desde el extremo rojo hasta el
azul-violeta. Recordamos
que en 1666 Newton
había investigado este fenómeno usando un prisma
y lo había explicado con su modelo
corpuscular, planteando que
los corpúsculos de la luz eran de distinto tipo según el
color de cada uno. |
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Por otra parte, aunque
el espectro de la luz visible que investigó Newton está
formado por una gama continua de colores, él
enumeró siete
fundamentales:
rojo,
naranja,
amarillo,
verde,
azul,
añil
y
violeta.
Este planteamiento de Newton concordaba con el hecho de que a finales del siglo XVII,
también eran siete los astros celestes conocidos (Sol, Luna,
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), los metales usados
en la alquimia (oro, plata, cobre, mercurio, plomo, estaño e
hierro), las notas musicales de una escala, e incluso los días de una semana. |
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Cuando en el
siglo siguiente Young desarrolló su modelo
ondulatorio de la luz, también estudió detenidamente la
dispersión y mostró que se puede explicar satisfactoriamente con dicho modelo
ondulatorio si se
considera que la vibración que corresponde a cada color de la luz tiene una
longitud de onda (y, por tanto, una frecuencia) diferente o característica en cada medio.
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Para
apoyar la veracidad de este concepto que planteó Young,
hemos representado en la figura adjunta la
refracción de una onda plana que viaja desde un medio 1 a otro
medio 2, siendo menor la velocidad de propagación en el segundo medio que en el primero. Suponemos que se trata de luz monocromática (de un solo
color), que el medio 1 es el aire y que el medio 2 es un medio material transparente, como,
por ejemplo, vidrio (podría ser también:
agua, plástico, etc.).
De acuerdo con el
principio de
Huygens, a medida que el frente de ondas AB
que viaja por el aire va incidiendo en la superficie de
separación AC, los puntos de esa superficie se
convierten en
focos secundarios y transmiten la vibración hacia el
vidrio. Como la longitud de onda (y la
velocidad) es menor en este segundo medio que en el aire, la envolvente de las ondas secundarias
transmitidas conforma un frente de ondas EC, en el que
el punto E está más próximo a la superficie de
separación que el B. Por tanto, al pasar del aire al
vidrio los rayos se desvían acercándose a la
dirección normal (perpendicular a la superficie de
separación) |
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Ahora suponemos que la luz incidente no
es monocromática, sino luz blanca. Entonces, se deduce que dicha
luz se ha de separar en los colores del arco iris y se constata
también que el rayo de luz violeta se ha de desviar
más que el rayo de luz roja. |
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Esto
es así porque en el
vacío (y muy aproximadamente en el aire) todas las
radiaciones luminosas que componen la luz blanca tienen a la misma velocidad (en
ausencia de materia, esta
velocidad es independiente de la longitud de onda o de
la frecuencia).
Pero, como planteó Young, en los demás medios no ocurre lo mismo,
sino que cada color tiene una longitud de
onda,
,
distinta. Por ejemplo, en el vidrio la luz roja tiene
una longitud de onda =
750 nm, y la luz violeta, en el otro extremo del
espectro, tiene una longitud de onda
= 390 nm. Mayor longitud de onda
implica mayor velocidad, de modo que el rayo de
luz violeta se desvía más que el rayo de luz
roja en este proceso de refracción.
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Con su modelo
ondulatorio Young
también explicó los anillos de Newton (los interpretó como resultado de
la interferencia de ondas luminosas) y formuló una teoría sobre
el arco iris. Este fenómeno natural
había permanecido inexplicado durante
mucho tiempo y su espectacularidad
probablemente pudo contribuir a que jugara un papel
destacado en la
Biblia, a que en ocasiones fuera tomado como portador de
augurios y en otras como inspiración de leyenda.
A la
derecha el cuadro titulado:
Paisaje con arco iris
(Rubens, 1640) |
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En la figura
adjunta (debajo) se
explica someramente la formación del arco iris primario,
que se observa cuando los rayos de luz solar se refractan en
gotas de agua suspendidas en la atmósfera y luego se reflejan
interiormente en ellas. |
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Como la luz
solar procede de muy lejos, cada gota es
iluminada por un haz de rayos prácticamente paralelos y
el ángulo de
desviación de cada rayo al refractarse depende de la
altura a la que dicho rayo incide en la gota: Varía entre un grado mínimo de desviación y otro máximo.
El arco iris lo forman los rayos que salen en
direcciones próximas a la desviación mínima (tienen la
dirección indicada en la figura), porque, tal como se puede
comprobar mediante aplicación de la geometría,
en esa dirección se reúne un número mayor de rayos que
en el resto y la concentración de luz reflejada es
máxima. |
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Otro
fenómeno natural que también se debe a la dispersión de la luz
son los halos, que se pueden observar en el cielo cuando la luz
solar atraviesa cristales de hielo microscópicos
suspendidos en la atmósfera, como los contenidos en las nubes
altas. Es un efecto llamativo y bastante común en nubes situadas a unos 22
grados a la derecha o izquierda del Sol. |
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En el
halo que muestra la fotografía adjunta, el Sol
está ubicado a la
derecha de la imagen, y el rojo queda más cerca del Sol
que el azul. Tal como se explica en el diagrama anexo, los cristales
de hielo se pueden considerar paralelepípedos de base hexagonal,
cuyas caras y aristas forman prismas que desvían la luz con ángulo distinto
para cada color. |
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Esta
fotografía y su explicación proceden de la
anterior web
Fenómenos ópticos cotidianos (descargable ahora desde
el
Blog
del mismo
nombre) del profesor Alfredo
Luis Aina |
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Otro fenómeno óptico bastante espectacular se
produce cuando la luz es "retrodispersada" (una
combinación de difracción, reflexión y refracción)
por nubes de diminutas gotas de agua de tamaño uniforme.
Es un fenómeno diferente del arcoiris, pero que, al
igual que él, también se ve en la dirección opuesta al
Sol. Una gloria tiene múltiples anillos coloreados,
aunque lo más común es ver sólo uno de ellos de diámetro
menor al del arco iris (entre 5 y 20 grados, dependiendo
del tamaño de las gotas). La gloria puede mostrar más
fácilmente varios anillo cuanto más uniformes sean las
gotas. |
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Al
formarse en dirección opuesta al Sol y con tamaños
menores que los de los arcoíris, las glorias quedan
a menudo debajo de nuestro horizonte,. Para poder
verlas es necesario situarse en una ubicación
adecuada (más elevada), como ocurre en la imagen
adjunta situada más a la izquierda, que procede del
Blog antes citado del profesor Alfredo Luis Aina. Es
interesante también el hecho de que los anillos de
una gloria pueden fluctuar en tamaño, cuando, por
ejemplo, un avión sobrevuela un banco de nubes (lo
debe hacer a una altura suficientemente baja como
para que su sombra se vea proyectada sobre las
nubes) y "su gloria" viene y va sobre ellas. Así se
ve en este
video,
filmado también por el profesor Luis Aina desde un
avión. En cuanto a la imagen situada más a la
derecha, también es gentileza de este profesor
(pertenece a su anterior web: Fenómenos ópticos
cotidianos) y, como vemos, muestra nítidamente otra
gloria, fotografiada desde un avión. |
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Hasta hace poco, además de en la Tierra, se habían
observado glorias también en Venus, pero nunca en un
planeta fuera del sistema solar. Pero muy recientemente,
un equipo de astrónomos, liderado por O. Demangeon (de
la universidad de Oporto y en el que colaboran
investigadores de instituciones españolas), pretende
haber detectado una gloria en la atmósfera de WASP-76b,
un planeta supergigante gaseoso en el que las altísimas
temperaturas podrían ocasionar lluvias de hierro. WASP-76b
es un planeta de la estrella WASP-76, que es algo más
grande y masiva que nuestro Sol tiene un periodo de
rotación igual al de traslación alrededor de su
estrella, de manera que le ofrece a ella siempre la
misma cara, permaneciendo oscura la otra mitad del
planeta. |
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El
fenómeno observado ha sido un abrillantamiento en el
terminador oriental del exoplaneta, es decir, en la
zona que separa el lado diurno (iluminado) del nocturno
(oscuro). Los
astrónomos autores de este trabajo consideran que se
dan todas las condiciones necesarias para que se
ocasione una gloria (gotas deben esféricas,
uniformes y estables, fuente de luz intensa,
posición adecuada del observador, et.) y ello lo que
les lleva a interpretar como tal el citado abrillantamiento. Lo sea o no, la ocurrencia de este
fenómeno en la atmósfera de un exoplaneta ha de
proporcionar información muy valiosa sobre su
composición y comportamiento. Por ejemplo, la
estabilidad atmosférica que se deduce de la
observación en este caso, contrasta con la idea que
se tenía previamente de que esta atmósfera debía ser
muy turbulenta y caótica. De manera más general,
esta observación ilustra el potencial de detectar
fenómenos luminosos en otros planetas, los cuales
pueden ser ocasionados por una gran variedad de
circunstancias. Por ejemplo, en un planeta rocoso,
se podrían buscar reflejos luminosos que revelasen
la presencia de mares u oceanos.
"Fenómenos parecidos a un
arcoiris en un planeta infernal". Artículo de
Rafael Bachiller García (director del Observatorio
Astronómico Nacional) en la serie crónicas del
Cosmos, que se publica en elmundo.es. |
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Recreación de una gloria en WASP-76b (ESA)
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