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CRISTALES FOTÓNICOS EN LA NATURALEZA. COLOR ESTRUCTURAL DE
ALGUNOS ANIMALES |
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Esta página
desarrolla contenidos del artículo "Iridiscencia y
cristales fotónicos en Bachillerato", publicado en 2022 en la Revista Española de
Física (Autores: Manuel Alonso Orts y Manuel Alonso
Sánchez), el cual ha obtenido el Premio de Física 2023
de la Real Sociedad Española de Física y BBVA a la Mejor
Contribución a las Publicaciones de la RSEF en la modalidad
de Enseñanza. |
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En el apartado
anterior se han visto unas estructuras fotónicas, basadas en una repetición periódica
de láminas delgadas adecuada para potenciar al máximo la reflectividad
de la superficie en torno a una determinada longitud de onda. |
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Aunque,
como hemos dicho, estas estructuras fotónicas se denominan
estrictamente reflectores de Bragg, también es adecuado
llamarlas
“cristales fotónicos de una dimensión", ya que, de forma
más general, un cristal fotónico es un
material multicapa con un cambio periódico en el índice de
refracción, es decir, en el que se combinan, siguiendo un
determinado orden, capas de dos o más materiales diferentes.
Dependiendo de si el índice de refracción es periódico
en una, dos o tres dimensiones, cabe considerar cristales fotónicos unidimensionales (1D),
bidimensionales (2D) y tridimensionales (3D).
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Aunque la
propia denominación de los cristales fotónicos, el estudio físico de
los mismos, su fabricación y la exploración de sus aplicaciones científico-tecnológicas son muy recientes,
estas estructuras
existen en la naturaleza desde siempre y, además de encontrarse
en un conocido mineraloide como es el ópalo, producen
colores estructurales en varios seres vivos. Se
tiene constancia de que estos colores estructurales de la
naturaleza ya fueron observados por
Hooke (1635-1703) y por
Newton (1642-1727), y explicados
un siglo después por
Young (1773-1829) como
resultado de la interferencia de ondas. No obstante, el concepto
de cristales fotónicos propiamente dicho fue acuñado en fecha
mucho más reciente, concretamente en 1987, cuando lo introdujeron
simultáneamente, pero de manera independiente
Yablonovitch (1946-) y
John (1957-), en el curso de
sus respectivas investigaciones, dedicadas a
producir localización de la luz. |
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Un ejemplo de animal que exhibe unos colores
estructurales espectaculares es el pavo real. Las
imágenes de sus alas (a y c) tomadas por un microscopio
electrónico (b y d) muestran la existencia de cilindros
de melanina de tamaño nanométrico equidistantes (son los
puntos negros de las imágenes adjuntas b y d), con lo que se
conforma un cristal fotónico 2D, en el que los dos
medios que se alternan son la melanina que impregna a
los cilindros y el aire que ocupa los huecos entre
ellas. Por tanto, no es la composición química de la
melanina lo que determina el color verde y azul de las
alas del pavo real (como hemos visto, la melanina es un
pigmento que sí determina, por ejemplo, el color de
nuestra piel, dándole un tono marrón), sino que los
vivos colores que exhibe el pavo cuando abre y agita sus alas
se deben a las interferencias que tienen lugar entre los
rayos de luz reflejados por esta estructura de cristal fotónico bidimensional. Se trata pues de un color
estructural, siendo, en este caso, la separación entre
los cilindros lo que determina los colores
verdes y
azules que se alternan
en sus alas.
Por otra parte, como muestran las imágenes
adjuntas, esta estructura fotónica evoluciona a lo largo
de la vida del pavo real, haciendo que las alas del pavo real
adulto (imagen a) muestren colores más vivos y
espectaculares, que los que muestran las alas del pavo
real joven (imagen c).
"Classification of peacock feather
reflectance using principal component analysis
similarity factors from multispectral imaging data"
(Artículo de José M. Medina, José A. Díaz,y Pete Vukusic,
publicado en 2015 en la revista Optics Express) |
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Conviene
darse cuenta de que esta estructura a base de cilindros es mucho
más idónea para producir las interferencias (con
independencia de cuál sea la orientación que la luz que
ilumina las alas) que si se tratara, por
ejemplo, de cubos. Esto es así porque la forma circular que ofrecen
dichos cilindros hace simétrico al cristal fotónico con
respecto a la luz que incide sobre ellos, resultando equivalentes diferentes ángulos de incidencia de
dicha luz. Como veremos en la página siguiente, este es un ejemplo
en el que la
naturaleza ha ayudado a la investigación en cristales fotónicos, enseñando patrones
regulares (circulares,
laberínticos) que son eficaces para producir las
iridiscencias. Por otro
lado, como toda característica biológica, los cristales fotónicos
presentes en las alas del pavo real no son casuales, sino que
ofrecen a este animal ventajas evolutivas: Cuando el pavo real abre
y agita sus alas, modifica los ángulos de salida de los
rayos que producen las interferencias, y esto le permite
exhibirse y atraer a las hembras. |
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Otro
ejemplo de cristal fotónico en animales lo
brindan algunas especies de mariposa "Morpho", que
llaman mucho la atención por el espectacular brillo azul
de sus alas. |
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Las imágenes microscópicas de dichas alas revelan que contienen
unas estructuras que también se repiten
periódicamente en dos direcciones
perpendiculares entre sí, formando un cristal fotónico
2D. Este es el motivo de que dichas alas sean
iridiscentes y ofrezcan a la vista una muy intensa y muy poco habitual
coloración azul. Este rasgo permite a
las mariposas Morpho identificarse hasta a medio
kilómetro de distancia, y en la mayoría de las
especies de esta mariposa solo se presenta en los
machos, lo que sugiere que, además de ayudar a
la comunicación visual entre los ejemplares de
la misma especie y con otros animales, probablemente se use con fines
intimidatorios, además de como una manera de atraer
a las hembras de su especie.
“Photonic structures in
biology: a possible blueprint for
nanotechnology” (Artículo
de
F. P.
Barrows
y
M. H. Bartl,
publicado en 2014, en la revista
Nanomaterials and
Nanotechnology, |
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Otro ejemplo destacado de coloración estructural
es el del escarabajo "Lamprocyphusaugustus",
que exhibe un llamativo
color verde. En este
caso, su caparazón contiene la estructura de un
cristal fotónico en tres dimensiones (3D) y casi perfecto, como muestran las
dos imágenes adjuntas, que acompañan a la
fotografía del escarabajo: Una imagen microscópica de la superficie del
caparazón (dos dimensiones) y otra de una sección
transversal de dicho caparazón (una dimensión).
Este orden estructural tiene un motivo más allá
de lo visual: Permite a estos escarabajos
moverse con menor fricción en entornos húmedos y
pegajosos.
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Una
característica muy notable de estas estructuras
presentes en algunos seres vivos (además de en animales,
también existen, por ejemplo, en las hojas de algunas
plantas, en algas marinas, en algunas conchas de
moluscos, etc.) es el hecho de que, bajo determinadas
circunstancias, pueden cambiar, lo que produce a su vez
cambios en el efecto de color estructural, que pueden
ser muy útiles para los animales que las portan. Así
ocurre con el
camuflaje del llamado camaleón pantera ("Furcifer
pardalis"), que puede cambiar de color gracias a una red activa
de nanocristales de guanina existentes en la superficie de su piel. |
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Como vemos en la imagen animada adjunta, las
distancias existentes entre estos cristales es
menor cuando el animal está relajado y mayor
cuando se excita. Así, al cambiar su grado de
excitación, el camaleón modifica la periodicidad
del cristal fotónico y regula qué colores de luz se
ven reforzados por interferencia constructiva y
cuáles se debilitan o desaparecen por interferencia
destructiva.
“Photonic crystals cause
active colour change in chameleons”
(artículo de J. Teyssier, S. V. Saenko, D. Van
Der Marel y M. C. Milinkovitc, publicado en 2015
en la revista Nature communications. |
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