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EMISIÓN
DE LUZ Y COLOR |
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Toda emisión de luz se
produce como resultado de saltos que tienen lugar desde
estados excitados de la materia a estados de menor
energía. Para que estas des-excitaciones se produzcan
antes se tiene que haber suministrado energía a la
fuente. La frecuencia de la luz que esa
fuente emite viene determinada por el "gap" (separación) entre los dos estados permitidos de energía
entre los que ocurre la des-excitación y se
obtiene aplicando la ley Planck:=
(E*-E)/h (siendo h: 6.63·10-34 J·s-1 =
4.135·10-15 eV·s). |
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Cuando
la emisión se produce en el rango de valores de longitudes de onda
a las que es sensible el ojo humano (entre 380nm y 750nm
aproximadamente), la longitud de onda de la
luz emitida define el color
que se atribuye a la fuente que emite esa luz, y,
por extensión, a la luz emitida por ella. |
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Así, por ejemplo, a los tomates maduros se les
asigna un
color rojo, porque cuando son
iluminados con luz blanca, cada punto de ellos
absorbe la luz blanca y reemite en todas las direcciones fotones, cuya
longitud de onda está mayoritariamente por
encima de los 650nm. Cuando esa luz emitida por
el tomate impacta en
nuestra retina produce la sensación que nos
hace atribuir a dicho tomate su tonalidad rojiza.
Por
extensión también se llama "luz roja"
a luz de esa longitud de onda,
aunque lo cierto es que toda
luz es completamente invisible para
nuestros ojos.
Como se explica en el tema sobre
luz y visión,
lo que procesa nuestro cerebro es la imagen de cada punto de la
materia iluminada (el tomate) que se construye
en la retina cuando miramos hacia esa materia y llega
a los ojos un haz cónico de la luz
procedente de ese
punto
material que está emitiendo en todas las
direcciones.
Por otra parte, aunque el proceso
de generación de luz es el
mismo con independencia de que la fuente sea visible o
no, no se suele utilizar el término color para
referirse a luz emitida fuera del espectro visible. Por ejemplo, no se
dice color ultravioleta, sino solamente luz ultravioleta.
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Estrictamente, para describir con la mayor fidelidad
posible los procesos físicos
involucrados en la producción, la modificación, etc.,
del color convendría usar la física cuántica.
Hay que tener en cuenta que, no únicamente en la emisión,
sino también cuando, después de ser emitida, la luz viaja hacia
nuestros ojos, se puede ver involucrada en diversos procesos
que requieren esta teoría para ser perfectamente explicados y que
también afectan a "su color", bien sea porque implican
interacciones adicionales entre luz y materia (como ocurre, por
ejemplo, en la refracción, la dispersión, etc.), y/o
porque implican interacciones de la luz consigo misma
(como sucede, por ejemplo, en las
interferencias). |
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Como se
explica al final del tema sobre
naturaleza de la
luz, la física cuántica (donde la descripción de
la luz se realiza en términos de una onda de
probabilidad) es la única teoría capaz de obtener
resultados acordes con todos los hechos empíricos
relativos al estudio de los procesos luminosos y entre
ellos todos los que aquí nos van a ocupar, que tienen
que ver con la producción, la modificación y la percepción del color. |
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Sin
embargo, en el desarrollo de este tema se van a usar
principalmente dos modelos
descriptivos de la luz anteriores a la física cuántica
actual, a
saber: 1)
La descripción en términos de
fotones (cuántica primigenia de Planck), que, tomados como partículas clásicas sin
masa, se moverían en el vacío a la velocidad c y siguiendo trayectorias definidas. 2)
La descripción ondulatoria que proporciona la teoría
electromagnética clásica de Maxwell. |
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Ninguno de estos
dos modelos puede explicar por sí solo todos los
fenómenos relativos al comportamiento de la luz (y,
entre ellos, los relativos al color), pero, como se
verá, resulta útil acudir a ellos porque cada uno por su parte, sí es capaz de
obtener determinados resultados en el estudio de estos fenómenos, que se aproximan mucho a
los resultados más correctos (y coherentes entre sí) que proporciona la física
cuántica. |
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Más
concretamente, veremos que una descripción de la luz en términos de
fotones es muy útil para diseccionar
procesos relativos al estudio del color, dando cuenta de
interacciones que en dichos procesos tienen
lugar a nivel íntimo entre entidades materiales (átomos,
moléculas, redes atómicas o moleculares, núcleos, etc.) y
esos fotones. Complementariamente, también veremos que
la descripción
ondulatoria de la luz según la teoría
electromagnética de Maxwell constituye una excelente
aproximación en todas aquellas situaciones en las que la
descripción microscópica detallada de los procesos
luminosos se puede
reemplazar por una descripción efectiva macroscópica (lo
que ocurre cuando el número de fotones por unidad de
frecuencia es muy grande). |
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Índice |
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