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PLANETAS EXTRASOLARES |
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Una aplicación
muy interesante del estudio del sistema gravitatorio binario es
el descubrimiento de planetas
extrasolares, puesto que el principal método usado en la
actualidad para la detección de dichos planetas se basa en
determinar los cambios en la velocidad radial de la
estrella alrededor de la cual orbitan. Tal como se
observa en la animación mostrada en la
página anterior, el efecto
gravitatorio del planeta sobre la estrella, provoca una trayectoria espiral de ella,
en la que se aproxima y se aleja de nosotros
alternativamente. |
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Esta oscilación de la
velocidad radial de la estrella se deduce a su
vez midiendo el
efecto
Doppler de bamboleo que se observa en la
luz recibida de la estrella: Su frecuencia se desplaza alternativamente
hacia el rojo (mientras la estrella se aleja de
nosotros) y hacia el violeta (mientras la estrella se
nos acerca). Utilizando este
método,
los astrónomos Michel Mayor y Didier Queloz
anunciaron en 1995 la detección del primer
planeta extra-solar (51 Pegasi
b), que orbita en torno a una estrella
(51
Pegasi) de tipo solar, situada a 50 años-luz
de la Tierra. El
descubrimiento fue confirmado por los
norteamericanos Geoffrey Marcy y Paul Butler e inauguró
una intensa carrera que ha conducido a la detección de
un total de más de 400 planetas extrasolares contenidos en
unos 300 sistemas planetarios. |
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1995. El "boom" de los planetas extrasolares
Artículo del
Dr.
D. Rafael Bachiller
(Noviembre de 2009) |
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Uno de los
primeros hitos en el reto de encontrar
planetas extrasolares relativamente
cercanos a la Tierra fue el
descubrimiento de un "sistema
solar", situado a unos 40 años luz de
nosotros, cuyos planetas parecen rocosos
(como la Tierra), podrían tener agua y
son claros candidatos también a albergar
vida. En febrero y marzo de 2016, los
astrónomos del Observatorio Europeo
Austral (ESO) usaron el telescopio
espacial Spitzer de la NASA para captar las
minúsculas fluctuaciones en la luz del
astro que se producen cuando los
planetas pasan frente a su estrella.
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Telescopios
terrestres en Chile, Sudáfrica,
Marruecos, EE UU y la isla de
La Palma, en Canarias, dirigieron
también sus lentes hacia Trappist-1, una
estrella tenue y fría (una enana roja),
cuyo tamaño es similar al del planeta
Júpiter. Entre mayo y septiembre las
observaciones confirmaron la existencia
de seis planetas, Trappist-1 b, c, d, e, f
y g (nombrados según su proximidad
decreciente al astro), y sugirieron la
existencia de un séptimo, h. |
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La NASA descubre un
sistema solar con siete planetas como la Tierra (El
país 24/02/2017) |
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Así sería la vida
en los exoplanetas recién descubiertos (El
país 24/02/2017) |
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En fecha aún más reciente
(junio de 2019) se ha descubierto un nuevo sistema
planetario, que incluye dos planetas como la Tierra que
orbitan en torno a una estrella, llamada Teegarden, a
distancias bastante próximas, por lo que se considera
que podría haber agua en su superficie. Estos planetas
se encuentran "tan solo" a 12,5 años luz de la Tierra. |
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Los sistemas estelares de
este tipo son buenos candidatos a incluir planetas con
posibilidades de albergar vida por varias razones. Por
un lado, porque disponen de un buen campo magnético,
semejante al que lleva millones de años evitando que la
radiación solar abrase la vida en la Tierra. Por otro
lado, porque la gran parte de la radiación X dañina que
emite este tipo de estrellas se produce cuando son
jóvenes (durante sus primeros millones de años de
existencia), para quedar después como estrellas mucho
menos activas. Las enanas blancas son más pequeñas y
brillan mucho menos que nuestro Sol, pero tienen una
vida mucho más prolongada. Concretamente Teegarden se
formó hace unos 9000 millones de años (terrestrres), el
doble que nuestro sistema solar, y le pueden quedar aún
10 billones. Es un tiempo muy prolongado, lo que
favorece que el azar pueda generar las condiciones bajo
las que puede surgir la vida. |
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