MODELOS DE VISIÓN EN LA ANTIGUA GRECIA


 
     
 

Encontramos las primeras propuestas elaboradas sobre el tema de la visión en la antigua Grecia.  En el siglo VI a. de C. Pitágoras (582 a. de C. - 507 a de C.) planteó que la luz emanaba del ojo en forma de rayos luminosos que se propagan en línea recta formando conos con el vértice de éste. Supuso que esta emanación chocaba con los cuerpos y la visión era el resultado de este choque. Medio siglo después, Empédocles (495 a. de C - 435 a. de C) consideró a la luz constituida por efluvios que eran proyectados por las fuentes incandescentes, los ojos y los cuerpos visibles. Y, medio siglo más tarde Platón (427 a. de C - 347 a. de C.) planteó que mientras nuestros ojos emitían pequeñas partículas de luz, del objeto también emanaba una sutil capa o un efluvio (la "eidola") y que era el contacto entre el fuego visual emitido por el ojo y este efluvio lo que producía la sensación de la visión.

 
     
 

 

Existe una analogía entre estas primeras propuestas sobre la visión y el sentido del tacto. Del mismo modo que cuando tocamos un objeto tenemos sensaciones que nos permiten interpretar propiedades como su rugosidad o su temperatura, estos modelos de la visión consideraron que cuando la luz enviada por nuestros ojos interaccionaba con el objeto, percibíamos su imagen.

 
     
 

Con los atomistas (Demócrito, Leucipo, Epicuro..) se planteó una teoría de la visión algo más elaborada, que debía encajar en un marco de pensamiento para el que la percepción sensorial requería contacto físico. Demócrito (460 a. de C.  360 a. de C.) planteó que de los objetos emanaba una sutil capa de átomos que forman un simulacro del objeto (equivalente a la eidola o imagen del mismo) y consideró que esos átomos "vuelan" hasta los órganos de la vista para provocar la visión.

 
     
 

 

La analogía en este caso se puede establecer con el sentido del olfato, puesto que, según esta propuesta los átomos de la visión fijaban la imagen en los ojos del mismo modo que otros átomos impresionan el olfato. Demócrito supuso además que los cuerpos emitían átomos de distintas formas y tamaños que portaban diferentes aspectos de su imagen.

 
     
 

Algunas de las incongruencias de estas primeras concepciones de la imagen óptica fueron expresadas un siglo después por Aristóteles (384 a. de C. - 322 a. de C.) y por otros filósofos griegos. Así, por ejemplo, se plantearon cuestiones del tipo: Si los objetos emiten imágenes, ¿qué ocurre cuando éstas se cruzan en el aire?, ¿cómo puede caber la imagen de un gran objeto en la pupila del ojo? Si la imagen desprendida es la causa de la visión, ¿por qué sólo ve el ojo y no las otras partes del cuerpo a donde llega?. Para Aristóteles la luz era una cualidad que hace posible la visión y no una emanación de ningún cuerpo, pero sus explicaciones imprecisas y oscuras no permitieron superar las carencias de las ideas precedentes.