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POLARIZACIÓN DE LA LUZ. TRABAJOS DE MALUS, ARAGO Y FRESNEL |
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Después de
explicar la dispersión en colores, la difracción y las interferencias, el modelo
ondulatorio interpretó también la polarización de la luz.
Los hallazgos encontrados en las investigaciones sobre este
fenómeno ayudaron además a precisar que las ondas luminosas
tienen que ser transversales y no longitudinales como se venía
considerando.
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En su época
Huygens y Newton habían observado la polarización de la luz al
atravesar cristales de calcita, pero no supieron cómo
interpretarla y les pasó
completamente desapercibido que el hecho delata que tiene que
ser una onda transversal y no longitudinal como él
creía. |
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A principios
del siglo XIX
Malus (1775-1812) había realizado varios experimentos
para verificar aspectos de la
teoría ondulatoria de Huygens y la reescribió en forma
analítica. En sus trabajos estudió detalladamente la polarización y en 1808 descubrió que
también se produce en la reflexión, poniendo en
evidencia que no era un fenómeno inherente a medios cristalinos. Su
descubrimiento de la polarización de la luz por la reflexión fue
publicado en 1809 y enseguida desarrolló también una teoría de la doble
refracción de la luz en
cristales, que publicó en 1810. |
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Pocos años
después,
Arago (1786-1853) y
Fresnel (1788-1817), a
quienes ya hemos citado por sus grandes aportaciones sobre la
difracción de la luz,
estudiaron en detalle
fenómenos que manifiesta la luz polarizada. Comprobaron que dos rayos
polarizados ubicados en un mismo plano se interfieren, pero en
cambio no
lo hacen, si están polarizados entre sí, cuando se encuentran
perpendicularmente. |
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Esto les indujo a pensar que en un rayo polarizado debe
ocurrir algo en la dirección perpendicular a la de
propagación. Supusieron que ese algo tiene que ser la
propia vibración luminosa y en su modelo ondulatorio
consideraron a la luz una onda transversal. En efecto, en
una onda transversal no polarizada la vibración oscila
en todas las direcciones perpendiculares a la dirección
de propagación. Partiendo de ese estado, la onda se
polariza si por algún motivo pasa a oscilar sólo en un
determinado plano, al que se denomina plano de
polarización. |
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En el
clip de video adjunto se
constata la polarización de la luz mediante una experiencia
muy sencilla. Debajo de la caja de cartón se ha colocado una lámpara
encendida y encima de ella hay dos láminas superpuestas
que actúan como filtros polarizadores. En la posición de partida los
planos de polarización de las dos láminas tienen la misma orientación.
Después traspasarlas, la onda luminosa vibra en esa
dirección coincidente.
Cuando una de las
láminas gira 90º, los dos planos de polarización
son perpendiculares entre sí y la luz no
puede vibrar en ninguna dirección detrás de ellas.
Este clip se filmó en un curso de formación de
profesorado sobre trabajos experimentales con sensores,
que impartimos en junio de 2009. En
este experimento los
profesores usan un sensor de luz para
registrar las variaciones de intensidad luminosa al ir
girando uno de los filtros polarizadores. |
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Actualmente se
dispone de muchas aplicaciones tecnológicas de la polarización de la
luz. Una bien conocida son las gafas de cristal polarizado, cuya
misión es eliminar buena parte de la luz
reflejada que llega a nuestros ojos. La luz
solar ilumina los objetos que nos rodean y, después de ser
reflejada por ellos, nos llega desde múltiples
direcciones. Cuando procede de
determinadas superficies planas (por ejemplo, en el mar, en la
nieve, en el asfalto), nos puede deslumbrar, porque aporta un exceso de luz
al ojo y quita visibilidad.
Los cristales polarizados que tienen estas gafas actúan como filtros verticales.
Así, bloquean la luz que
llega en dirección horizontal y permiten el paso de
la que llega en dirección vertical, que se aprovecha mejor para ver con
claridad. |
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Otra aplicación
tecnológica de la luz polarizada es el polariscopio, que,
en el caso más simple, es un montaje que consta de dos filtros polarizadores cuyos centros ópticos
se colocan perpendicularmente. Entre ambos filtros, se deja un
espacio para poder intercalar entre ellos diversos objetos o
materiales con objeto de analizarlos ópticamente. En ausencia de
dichos materiales, la luz
no atraviesa el instrumento, ya que el primer
filtro polarizador sólo deja pasar las vibraciones luminosas que tienen lugar en
una determinada dirección y el segundo sólo deja pasar las
perpendiculares a ellas.
A la
izquierda, la imagen de polariscopio antiguo, que se
expone en el
Museo da Metroloxia de Galicia;
un museo virtual del Laboratorio de Oficial de
Metrología de Galicia. |
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Pero,
cuando entre los dos filtros polarizadores se coloca un medio
cristalino (puede ser un cristal sólido o líquido),
entonces se ve a través del polariscopio un patrón
de franjas de colores. Ello ocurre porque a atravesar el
cristal, la luz que antes ha sido polarizada por
el primer filtro, se desfasa, dependiendo la magnitud de dicho
desfase de la longitud de onda (es decir, es
diferente para cada color). Como consecuencia, las luces
desfasadas sí pasan por el segundo polarizador. Como
ejemplo de esto, en la imagen adjunta se muestra el patrón de franjas
coloreadas observado a través de un polariscopio plano, al
intercalar entre sus dos filtros polarizadores tres herramientas de dibujo
de plástico superpuestas . El autor de la
imagen es
Héctor Navarro Fructuoso, que fue
hace unos años, uno de
nuestros mejores alumnos. Héctor realizó
su tesis doctoral en la Universidad de Valencia sobre:
"Captura y reproducción de imágenes 3D mediante sistemas
de Imagen Integral" y trabaja en Munich en Huawei
Technologies. |
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Todos los medios
cristalinos presentan este fenómeno, excepto aquellos que
cristalizan en el sistema regular, mientras carezcan de imperfecciones o
no estén sometidos a tensiones. En esas condiciones son isótropos a la luz polarizada (o a la luz
blanca), es decir, permiten el paso inalterado de la luz a su
través, para cualquiera que sea la dirección de las vibraciones
luminosas. Por este motivo, el
polariscopio se utiliza para identificar tensiones en
materiales de vidrio, de plástico, etc. El objeto a analizar (por
ejemplo, en óptica las lentes, en automoción los cristales
de un vehículo, etc.), se coloca entre los dos
filtros polarizadores. Si padece tensiones significativas, éstas
quedan reflejadas en el patrón de franjas observado y puede ser
desechado por la industria. |
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En el
clip de video adjunto se muestra un experimento
muy sencillo que aplica estos conceptos. Entre dos pequeños
filtros polarizadores, se ha intercalado un pedazo de celofán
que tiene varios dobleces con
diferentes espesores. El desfase que sufre la luz al
atravesar el celofán depende de la frecuencia (del color) y del
espesor de celofán, de modo que, en una determinada
posición de los filtros polarizadores se observa un cierto mosaico
de colores. Los colores visibles son los que deja pasar
el segundo filtro para esa posición en cada zona de un
espesor determinado. Partiendo de esta situación,
vamos rotando uno de los filtros. Entonces, el color de
cada pedazo de mosaico va
variando, ya que el segundo filtro al ir girando empieza
a bloquear determinadas
luces que antes no bloqueaba y en otras zonas empieza a deja pasar
luces que antes bloqueaba. Tras un giro de 90º los
colores cambian a sus complementarios. El video
pertenece a un trabajo monográfico presentado en 2015
por alumnos de 4º ESO. |
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Algunos
artistas visuales contemporáneos, conociendo estas propiedades de la luz polarizada, han trabajado con ella para
crear imágenes vistosas y cambiantes. Se considera
pionera a la artista
Austine Wood Comarow,
que ha expuesto trabajos de
Polage art
en el Museo de la Ciencia de Boston, en el Museo de
Historia Natural y Ciencia de Nuevo México, en
Albuquerque, y en la Ciudad de Ciencia y de Industria en
París. |
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