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MODELO
MECANO-CUÁNTICO DEL ÁTOMO II (SIGNIFICADO DE LOS NÚMEROS
CUÁNTICOS) |
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En el modelo de
Bohr-Somerfiel la introducción de los cuatro números cuánticos
se asocia a una imagen clásica del electrón considerado como una
partícula de carga negativa que describe órbitas alrededor del
núcleo y, a su vez, gira sobre sí mismo (espín). Esta
imagen clásica del electrón no tiene cabida en el modelo
cuántico del átomo, donde los cuatro números cuánticos aparecen
al resolver la ecuación de Schrödinger para el átomo (ver
tabla
de números cuánticos) y se les
puede dar la siguiente interpretación: |
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Número
cuántico principal, n |
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El número
cuántico principal, n, determinaba en el modelo de Bohr
el radio de la órbita. En el modelo mecano-cuántico no existen
tales órbitas. En su lugar, es posible establecer las líneas que
unen los puntos de las nubes electrónicas (orbitales) donde la
probabilidad de encontrar al electrón es máxima. El número, n,
aparece ligado a la energía de dichos orbitales y la órbita de
Bohr se considera una simplificación del orbital de
probabilidad. |
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Número
cuántico secundario, l |
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En el modelo de
Sommerfield, el número cuántico secundario, l,
determinaba la cantidad de movimiento angular del electrón en su
órbita. Aunque en el modelo mecano-cuántico el electrón es un
objeto deslocalizado, se sigue moviendo para ocupar una región
del espacio de energía permitida (orbital). Por tanto, también
posee una cantidad de movimiento angular, al que está ligado el
número l . |
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Número cuántico magnético, m
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Aunque en el
modelo mecano-cuántico no existe una órbita definida, el
movimiento del electrón sigue siendo equivalente a una corriente
eléctrica que produce un campo magnético y el número cuántico
magnético, m, se relaciona con el efecto magnético de
dicha corriente electrónica (por eso se produce el efecto Zeeman).
Como dicho efecto magnético tiene su origen en la cantidad de
movimiento angular del electrón, los valores de m
dependen del valor de l. |
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Número cuántico de espín, s
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En el modelo de
Bohr-Somerfield el espín se asociaba a una imagen del electrón
girando alrededor de un eje propio como lo hace una peonza. Esta
imagen tiene graves defectos, como, por ejemplo, podría hacer
pensar que el electrón dejaría de poseer espín si "cesara de
girar sobre sí mismo". Para el modelo mecano-cuántico, el espín
es una propiedad intrínseca de la materia que posee, no
únicamente el electrón, sino también otras partículas, y
que no depende en absoluto de un supuesto movimiento rotatorio
del electrón. No obstante, toda propiedad magnética está relacionada
con el movimiento de cargas, y el efecto magnético al que se
asocia el espín no es una excepción. Por ello, tiene sentido
plantear un movimiento en el interior del propio electrón,
abundando en la idea de que, en el modelo cuántico, no se puede
considerar al electrón como un objeto puntual, sino como una
cierta distribución de materia, probablemente con algún tipo de
estructura interna. |
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Esta última
consideración enseña que interpretar aspectos del modelo mecano
cuántico del átomo, induce a asomarse al nivel,
extremadamente complejo, de las partículas elementales. Se
sugiere una nueva vía de investigación, que cuestionará si las
partículas identificadas como componentes del átomo (entre ellas
el electrón) tienen a su vez estructura interna. |
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