Una característica
fundamental de la física de Aristóteles
fue plantear una separación radical entre dos mundos: el
mundo sublunar imperfecto o terrestre y el mundo celeste
o perfecto. Estas dos partes del Universo debían
funcionar obedeciendo a leyes diferentes: en
el perfecto mundo celeste, el Sol, la Luna y las estrellas
se mueven de forma regular y permanente siguiendo
círculos suaves y uniformes alrededor de la Tierra; en
cambio, en el mundo imperfecto terrestre, el estado natural de los
objetos es el reposo y es necesario intervenir sobre
ellos para ponerlos en movimiento y para mantener dicho
movimiento.
En este contexto, se
planteó el concepto "tradicional" de fuerza, entendida
como la causa del movimiento, de la velocidad de los
cuerpos. Según esta concepción, para que un cuerpo permanezca en movimiento
habría que hacerle fuerza y cuando se dejara de hacer fuerza
el cuerpo se pararía. |