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CICLOTRÓN |
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Un ciclotrón es
un tipo de acelerador de partículas cargadas que combina la
acción de un campo eléctrico alterno, que les proporciona
sucesivos impulsos, con un campo magnético uniforme que curva su
trayectoria y las redirige una
y otra vez hacia el campo
eléctrico. Fue inventado en el año 1934 por los físicos
estadounidenses
Livingston (1905-1986) y Lawrence
(1901-1958) (por este motivo, este
último recibió en 1939 el premio Nobel). |
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El ciclotrón
consta de dos cámaras metálicas huecas con forma de semicírculo
(se llaman “des”, D, a causa de su forma), contenidas en una
cámara de vacío para que las partículas que viajen por ellas no
sean dispersadas en choques con moléculas de los gases que
forman el aire. Sobre
las "des" actúa un campo magnético uniforme y
perpendicular, generado por un potente electroimán, y
entre ambas se aplica un campo eléctrico alterno, para
que la fuerza eléctrica siempre actúe en el sentido
del movimiento de las partículas. Desde una fuente de
iones, situada cerca del centro del campo magnético, las
partículas cargadas se inyectan al ciclotrón
inicialmente a una velocidad moderada. La fuerza
magnética les proporciona una aceleración normal y, por
lo tanto, tienen un movimiento circular por una de las "des".
Al salir de ahí, se les aplica el campo eléctrico que
las acelera y las lleva a la otra mitad del
ciclotrón a una velocidad superior. A esa velocidad
recorren otra semicircunferencia de radio mayor que la
primera y vuelven a acceder a la zona entre las "des",
donde se les aplica de nuevo el campo eléctrico (ahora
en sentido contrario al anterior), que las vuelve a
acelerar. El proceso se repite una y otra vez hasta
que las partículas salen finalmente del ciclotrón a una
velocidad muy elevada, tras haber realizado en el
interior del orden de 50 a 100 revoluciones. |
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Cuando las
partículas tienen una velocidad pequeña comparada con el límite
superior de velocidades (la velocidad de la luz), se les puede
aplicar la mecánica de Newton y tienen un movimiento circular y
uniforme dentro de cada "D". Al tener en cuenta que el
campo magnético ejerce sobre ellas la
fuerza de Lorentz,
se obtiene que la velocidad y el radio se relacionan mediante la
siguiente expresión: |
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Con lo que la velocidad angular del movimiento
(w = v/r) vale: |
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La frecuencia
correspondiente a esta velocidad angular (f=w/2p)
se llama frecuencia de resonancia del ciclotrón y es la misma
que se tiene que aplicar a la oscilación del campo eléctrico
para sincronizarse con las partículas, de forma que cada vez las
acelere. Como vemos, no depende de la velocidad del ión, ni del
radio de la circunferencia que describe, por lo que resulta muy sencillo
obtener la sincronía en este caso. Sin embargo, cuando la velocidad de las
partículas se eleva haciéndose comparable con el límite
superior de velocidades (velocidades desde 0.9c o
energías por encima de unos 12MeV), se ha de aplicar la mecánica
relativista. En
este caso, la frecuencia necesaria viene dada por la siguiente
expresión: |
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Como vemos,
depende de la velocidad, lo que convierte en un difícil problema
conseguir la sincronía entre la frecuencia de oscilación del
campo eléctrico y la del movimiento circular de las partículas
aceleradas. El "problema" se corrige mediante un sistema
automático que varía el período del campo eléctrico alternante
empleado para transferir energía a las partículas, de manera que
sea siempre igual al período del movimiento de los iones
acelerados. Para ello se conecta a las "des" un oscilador
de radio frecuencias, cuya función es precisamente desplazar a
la banda de frecuencias de oscilación del campo eléctrico, para
que satisfaga la condición de resonancia magnética de una
partícula con energía creciente. El dispositivo resultante se
denomina sincro-ciclotrón o "ciclotrón sincronizado". |
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