HITOS DE LA ASTRONOMÍA-2 (1687 a 1769)
Isaac Newton es uno de los mayores científicos de toda la Historia, posiblemente el físico-matemático que dejó el legado más valioso e influyente. Newton extendió las leyes terrestres de la mecánica a todo el cosmos, lo que implicaba que la naturaleza está regida por unas leyes universales. En sus Principia (1687) enunció la Ley de la Gravitación Universal y las leyes del movimiento. En su obra Opticks (1704) estudió la naturaleza de la luz, formuló los principios de la óptica y la teoría del color. También desarrolló el cálculo matemático integral y diferencial. En 1672 presentó a la Royal Society el primer telescopio reflector de utilidad práctica que tendría una trascendencia enorme en el desarrollo ulterior de la Astronomía...
A principios del XVIII todavía no se sabía a qué distancia se encontraban las estrellas, pero dado que se admitía que la Tierra orbitaba en torno al Sol, ya parecía posible medir el movimiento paraláctico de las mismas, lo que permitiría medir sus distancias. Tratando de medir ese movimiento, el astrónomo británico James Bradley descubrió el fenómeno de la aberración de la luz, con lo que confirmó inequívocamente el movimiento de traslación de la Tierra y estimó la velocidad de la luz. Bradley también descubrió y midió la nutación o cabeceo de los polos terrestres. Una vez identificados estos efectos, se estaba preparado para medir el pequeño movimiento paraláctico de las estrellas, un efecto menor que el de la aberración. Pero aún habría que esperar más de un siglo a que Friedrich Bessel (1784-1846) midiese -en 1838- la primera paralaje hacia la estrella 61 Cygni, lo que proporcionaría una primera idea de la inmensidad de la Galaxia...
En 1687 Newton había asegurado que los cometas debían estar sujetos a la ley de la Gravitación Universal y que, por tanto, debían orbitar en torno al Sol y aparecer de manera periódica. Tras estudiar registros históricos, Edmond Halley hizo la hipótesis de que los cometas que habían sido observados en 1531, 1607 y 1682 debían ser el mismo objeto que pasaba cada 76 años, y predijo su próxima vista para 1758. Una gran expectación precedió al regreso del cometa. Halley no vivió para verlo, pero la reaparición de su cometa (el Halley) se produjo efectivamente el 25 de diciembre de 1758 para pasar por el perihelio en 1759. El regreso del Halley en 1759 constituyó en su día un espectacular triunfo de la teoría de Newton. Aún hoy, aquella reaparición -como la de todos los cometas- es considerada como una de las más bellas ilustraciones de la capacidad predictiva de la ciencia.
En 1716, Edmond Halley ideó un método de precisión para estimar la distancia al Sol que consistía en realizar medidas comparativas de los tránsitos de Venus desde sitios lejanos en la Tierra. Varias naciones organizaron grandes y costosas expediciones para observar los dos tránsitos que tuvieron lugar en 1761 y 1769, pero las observaciones resultaron ser mucho más complicadas de lo que se había previsto y los resultados fueron un tanto decepcionantes. No obstante, en 1771, utilizando todos los datos disponibles, el astrónomo francés Lalande determinó la distancia media al Sol en 153 millones de kilómetros (las mejores medidas disponibles actualmente arrojan un valor de 149.597.870 kilómetros). Estas observaciones de los tránsitos de Venus en el XVIII constituyen uno de los primeros proyectos científicos que, en la Historia de la Ciencia, fueron abordados con gran despliegue de medios y amplia coordinación internacional.